martes, 30 de junio de 2015


¿Es incorrecto que los cristianos jueguen la lotería?

Personalmente, no puedo decir que jugar juegos de azar legítimamente sea expresión de buena administración de lo que Dios me ha dado.

No hay un versículo en la Biblia que explícitamente dice, “No jugaras la lotería”. (Siempre hay alguien que dice [refiriéndose a Hechos 1], “Pues, hasta los discípulos echaron suertes”. Sí. Esa era una forma en que ellos tenían que determinar la voluntad de Dios porque Dios hablaba por ese medio – eso es un poco diferente.)

Pero no creo que la Biblia justifique el jugar juegos de azar (incluyendo la lotería) como buena administración. También siento que en un nivel social la lotería es un desastre y te diré porque. Las personas que compran boletos son personas que menos pueden disponer de su dinero para comprarlos. Una persona que ya es pobre es la que consume esas cosas. Estas personas son las que tienen que aprender cómo trabajar productivamente y no esperar contra la esperanza. Es otra expresión de la frase “Aquellos que pudieran ser ricos caen en muchas trampas y pasiones dolorosas”.

La Biblia defiende el obtener dinero por herencia, por trabajar duro, y por invertir sabiamente, pero nunca defiende el ganar dinero por jugar o por dinero rápido. La lotería no es un modo legítimo para crear una vida o invertir para el futuro, ni es una forma buena de administración; y ciertamente no es un modo legítimo de financiar la educación al expendio de personas ya pobres quienes están gastando su sustento en eso.

Desde que tengo memoria he oído algunos Cristianos que se han hecho esta pregunta. A la verdad que es fuerte la tentación de jugar un numerito en una lotería que por una cantidad mínima de dinero promete hacernos millonarios de la noche a la mañana. Se nos hace la boca agua ante la posibilidad de esta instantánea oportunidad y así salir de nuestra escasez, dificultades, miserias y necesidades y así poder tener todo lo que deseamos si somos los afortunados.

Pero la Biblia dice claramente que "el principio de todos los males es el amor al dinero". Cuando el creyente se deja arrastrar por el amor al dinero, pierde o ha perdido de vista el objetivo principal para cual Dios le ha llamado.

El cristiano debe de estar contento y agradecido con lo que Dios le ha dado. Jesucristo mismo en el Sermón del Monte nos dijo que no estemos afanados por nada, por lo que hemos de vestir o comer, pues si buscamos primero el reino de Dios y su Justicia, él nos suplirá todas esas cosas pro añadidura. La Biblia no nos dice "No jugarás juegos de azar". Pero en cuanto a las loterías y los juegos podemos ver claramente que van en contra del principio y deseo de Dios para el hombre porque crea un sentido de ambición en la persona que a medida que pasa el tiempo se puede llegar a convertir en un estorbo para su vida espiritual.

1 Timoteo 6:6-12
6 Empero grande ganancia es la piedad con contentamiento. 7 Porque nada hemos traído á este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8 Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, seamos contentos con esto. 9 Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden á los hombres en perdición y muerte. 10 Porque el amor del dinero es la raíz de todos los males: el cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. 11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, la caridad, la paciencia, la mansedumbre. 12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, á la cual asimismo eres llamado, habiendo hecho buena profesión delante de muchos testigos.

Usted nos pregunta si se puede participar sin que se convierta en vicio. El problema que veo es que al igual que el alcohol y las drogas. Aunque una copa semanal, un cigarro o un boleto de loterías no sean motivo bíblico de condenación,  los juegos de loterías tienen el poder de enviciar y atar a las personas. El juego de loterías crea un falso sentido de esperanza que hace pensar al que juega que el día de su suerte está cada vez más cerca, esto hace que se gaste cada vez más una suma mayor. Y aun cuando no se gaste más dinero, se puede crear una ansiedad continua al pensar sólo en la posibilidad de ser el ganador.

Estudios han demostrado que los que más gastan en loterías son los que menos tienen -- las personas de bajos ingresos. Hay quienes gastan gran parte de su salario en los juegos. De la manera en que la lotería funciona, al usted jugar esta respaldando el juego y contribuye a que la cantidad en la bolsa (premio) aumente. El dinero que el ganador se lleva, es dinero que ha salido de las ganancias de algún hogar pobre donde quizás algunos niños han dejado de tomar su leche o comer sus alimentos porque sus padres han jugado el sostén de su familia.

Dios nos dice claramente en su Palabra que él suplirá "cada día" nuestras necesidades "según sus riquezas en gloria" y que "con el sudor de nuestra frente" y por nuestro trabajo, obtendremos lo que nos hace falta. Dios bendice el fruto de nuestro trabajo y nuestra total dependencia de su bondad, pero las loterías destruyen el plan de Dios para el sostén y crecimiento espiritual del hombre.

Por último debemos ver la oración del Padre nuestro como dice "el pan nuestro de cada día dánoslo hoy". Dios desea una relación diaria con su pueblo, y la dependencia de Dios para que supla nuestras necesidades diarias nos ayuda en nuestro crecimiento espiritual de manera que afirma y fortalece nuestra fe. Los Cristianos deben de reconocer la mano de Dios obrando en sus vidas y deben de agradecerle diariamente. También debemos recordar que aunque es cierto que han existido personas muy ricas las cuales han sido muy piadosas y temerosas de Dios como lo fue Abraham, el padre de la fe, pero una cosa es que Dios bendiga el fruto de nuestras manos y nos enriquezca a tratar de hacernos ricos "jugando" con el dinero que hemos ganado con el sudor de su frente para el sostén de nuestra familia.

Algunas personas piensan que los juegos de azar son una diversión inocente, mientras que otras creen que son un vicio peligroso.

¿Hay algo de malo en jugar por dinero?

LO QUE DICE LA GENTE.

Mucha gente cree que los juegos de azar no hacen daño a nadie siempre que se practiquen dentro de la ley. Las loterías organizadas por el gobierno incluso destinan parte del dinero a programas de ayuda social.

LO QUE DICE LA BIBLIA.

La Biblia no habla de los juegos de azar de manera directa. Pero sí da consejos que nos ayudan a entender cómo los ve Dios.
La razón de ser del juego es ganar dinero a costa de los demás, y eso es incompatible con lo que Jesús dijo: “Guárdense de toda suerte de codicia” (Lucas 12:15). En realidad, la gente juega por codicia. Aunque las probabilidades de ganar son pocas, la industria del juego anuncia premios millonarios. El sueño de ser ricos hace que la gente apueste grandes cantidades en los casinos. En lugar de ayudar a las personas a evitar la codicia, el juego promueve el deseo por el dinero fácil.
El objetivo del juego es egoísta, pues se trata de ganar el dinero que otros jugadores pierden. En cambio, la Biblia anima a “que cada uno siga buscando, no su propia ventaja, sino la de la otra persona” (1 Corintios 10:24). Uno de los Diez Mandamientos es: “No debes desear [...] cosa alguna que pertenezca a tu semejante” (Éxodo 20:17). Cuando un jugador está resuelto a ganar, en realidad espera que los demás pierdan su dinero para quedarse con él.
La Biblia también nos advierte que no veamos la suerte como una fuerza misteriosa que puede darnos prosperidad. En el antiguo Israel, hubo algunos que no tenían fe en Dios y empezaron a adorar al “dios de la Buena Suerte”. ¿Y qué le pareció a Dios? Él dijo: “Siguieron haciendo lo que era malo a mis ojos, y escogieron la cosa en que no tuve deleite” (Isaías 65:11, 12).
Es verdad que en algunos países parte de los fondos que se recaudan del juego legal pagan programas de ayuda pública; por ejemplo, programas de educación y de desarrollo económico. Pero cómo se utilicen esos fondos no cambia de dónde salieron: de actividades que promueven abiertamente la codicia, el egoísmo y la idea de conseguir algo a cambio de nada.
“No debes desear [...] cosa alguna que pertenezca a tu semejante.” (Éxodo 20:17)

 ¿Qué daño produce el juego en las personas?

LO QUE DICE LA BIBLIA.

La Biblia advierte de que “los que están resueltos a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y perjudiciales, que precipitan a los hombres en destrucción y ruina” (1 Timoteo 6:9). La codicia es la raíz de los juegos de azar. Es tan corrosiva que la Palabra de Dios la pone en la lista de lo que debemos evitar a toda costa (Efesios 5:3).
Puesto que el juego promueve el dinero fácil, en realidad aviva el “amor al dinero”. La Biblia dice que ese amor “es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales”. El deseo de tener más dinero llega a dominar la vida de uno. Lo podría llevar a sufrir ansiedad y a dañar su fe en Dios. Las Escrituras afirman que los que han caído en la trampa de la codicia “se han acribillado con muchos dolores” (1 Timoteo 6:10).
La codicia genera descontento, deja a las personas insatisfechas con su estado financiero y les roba la felicidad. Eclesiastés 5:10 dice: “Un simple amador de la plata no estará satisfecho con plata, ni ningún amador de la riqueza con los ingresos”.
Millones de personas que se sintieron atraídas por el juego se encuentran ahora atrapadas. Tan solo en Estados Unidos hay millones de adictos al juego.
Proverbios 20:21 nos enseña que las personas codiciosas pudieran hacerse ricas, pero no tendrán la bendición de Dios. Además, quien se envicia con el juego podría endeudarse o arruinarse y perder sus amigos, su trabajo y hasta su familia. Seguir los consejos bíblicos nos protege de las consecuencias del juego.
“Los que están resueltos a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y perjudiciales, que precipitan a los hombres en destrucción y ruina.” (1 Timoteo 6:9)

Fuentes de ayuda: Vidaeterna / soloporgracia/JW