¿Es incorrecto que los cristianos jueguen
la lotería?
Personalmente, no puedo decir que jugar juegos de azar
legítimamente sea expresión de buena administración de lo que Dios me ha dado.
No hay un versículo en la Biblia que explícitamente
dice, “No jugaras la lotería”. (Siempre hay alguien que dice [refiriéndose a
Hechos 1], “Pues, hasta los discípulos echaron suertes”. Sí. Esa era una forma
en que ellos tenían que determinar la voluntad de Dios porque Dios hablaba por
ese medio – eso es un poco diferente.)
Pero no creo que la Biblia justifique el jugar juegos
de azar (incluyendo la lotería) como buena administración. También siento que
en un nivel social la lotería es un desastre y te diré porque. Las personas que
compran boletos son personas que menos pueden disponer de su dinero para
comprarlos. Una persona que ya es pobre es la que consume esas cosas. Estas
personas son las que tienen que aprender cómo trabajar productivamente y no
esperar contra la esperanza. Es otra expresión de la frase “Aquellos que
pudieran ser ricos caen en muchas trampas y pasiones dolorosas”.
La Biblia defiende el obtener dinero por herencia, por
trabajar duro, y por invertir sabiamente, pero nunca defiende el ganar dinero
por jugar o por dinero rápido. La lotería no es un modo legítimo para crear una
vida o invertir para el futuro, ni es una forma buena de administración; y
ciertamente no es un modo legítimo de financiar la educación al expendio de
personas ya pobres quienes están gastando su sustento en eso.
Desde que tengo memoria he
oído algunos Cristianos que se han hecho esta pregunta. A la verdad que es
fuerte la tentación de jugar un numerito en una lotería que por una cantidad
mínima de dinero promete hacernos millonarios de la noche a la mañana. Se nos
hace la boca agua ante la posibilidad de esta instantánea oportunidad y así
salir de nuestra escasez, dificultades, miserias y necesidades y así poder
tener todo lo que deseamos si somos los afortunados.
Pero la Biblia dice claramente
que "el principio de todos
los males es el amor al dinero". Cuando el creyente se deja arrastrar por el amor
al dinero, pierde o ha perdido de vista el objetivo principal para cual Dios le
ha llamado.
El cristiano debe de estar
contento y agradecido con lo que Dios le ha dado. Jesucristo mismo en el Sermón
del Monte nos dijo que no estemos afanados por nada, por lo que hemos de vestir
o comer, pues si buscamos primero el reino de Dios y su Justicia, él nos
suplirá todas esas cosas pro añadidura. La Biblia no nos dice "No jugarás juegos
de azar". Pero en cuanto a las loterías y los juegos podemos ver
claramente que van en contra del principio y deseo de Dios para el hombre
porque crea un sentido de ambición en la persona que a medida que pasa el
tiempo se puede llegar a convertir en un estorbo para su vida espiritual.
1 Timoteo 6:6-12
6 Empero grande
ganancia es la piedad con contentamiento. 7 Porque nada hemos traído á este
mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8 Así que, teniendo sustento y con qué
cubrirnos, seamos contentos con esto. 9 Porque los que quieren enriquecerse,
caen en tentación y lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden á
los hombres en perdición y muerte. 10 Porque el amor del dinero es la raíz de
todos los males: el cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron
traspasados de muchos dolores. 11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas
cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, la caridad, la paciencia, la
mansedumbre. 12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, á
la cual asimismo eres llamado, habiendo hecho buena profesión delante de muchos
testigos.
Usted nos pregunta si se puede
participar sin que se convierta en vicio. El problema que veo es que al igual
que el alcohol y las drogas. Aunque una copa semanal, un cigarro o un boleto de
loterías no sean motivo bíblico de condenación, los juegos de loterías tienen el poder de
enviciar y atar a las personas. El juego de loterías crea un falso sentido de
esperanza que hace pensar al que juega que el día de su suerte está cada vez
más cerca, esto hace que se gaste cada vez más una suma mayor. Y aun cuando no
se gaste más dinero, se puede crear una ansiedad continua al pensar sólo en la
posibilidad de ser el ganador.
Estudios han demostrado que
los que más gastan en loterías son los que menos tienen -- las personas de
bajos ingresos. Hay quienes gastan gran parte de su salario en los juegos. De
la manera en que la lotería funciona, al usted jugar esta respaldando el juego
y contribuye a que la cantidad en la bolsa (premio) aumente. El dinero que el
ganador se lleva, es dinero que ha salido de las ganancias de algún hogar pobre
donde quizás algunos niños han dejado de tomar su leche o comer sus alimentos
porque sus padres han jugado el sostén de su familia.
Dios nos dice claramente en su
Palabra que él suplirá "cada día" nuestras necesidades "según
sus riquezas en gloria" y que "con el sudor de nuestra frente" y
por nuestro trabajo, obtendremos lo que nos hace falta. Dios bendice el fruto
de nuestro trabajo y nuestra total dependencia de su bondad, pero las loterías
destruyen el plan de Dios para el sostén y crecimiento espiritual del hombre.
Por último debemos ver la
oración del Padre nuestro como dice "el pan nuestro de cada día dánoslo
hoy". Dios desea una relación
diaria con su pueblo, y la dependencia de Dios para que supla nuestras
necesidades diarias nos ayuda en nuestro crecimiento espiritual de manera que
afirma y fortalece nuestra fe. Los Cristianos deben de reconocer la mano de
Dios obrando en sus vidas y deben de agradecerle diariamente. También debemos
recordar que aunque es cierto que han existido personas muy ricas las cuales
han sido muy piadosas y temerosas de Dios como lo fue Abraham, el padre de la
fe, pero una cosa es que Dios bendiga el fruto de nuestras manos y nos
enriquezca a tratar de hacernos ricos "jugando" con el dinero que
hemos ganado con el sudor de su frente para el sostén de nuestra familia.
Algunas
personas piensan que los juegos de azar son una diversión inocente, mientras
que otras creen que son un vicio peligroso.
¿Hay algo de malo en jugar por dinero?
LO
QUE DICE LA GENTE.
Mucha gente cree que
los juegos de azar no hacen daño a nadie siempre que se practiquen dentro
de la ley. Las loterías organizadas por el gobierno incluso destinan parte del
dinero a programas de ayuda social.
LO
QUE DICE LA BIBLIA.
La Biblia
no habla de los juegos de azar de manera directa. Pero sí da consejos que
nos ayudan a entender cómo los ve Dios.
La razón de ser del juego es ganar dinero a costa de los
demás, y eso es incompatible con lo que Jesús dijo: “Guárdense de toda suerte
de codicia” (Lucas 12:15). En realidad, la gente juega por
codicia. Aunque las probabilidades de ganar son pocas, la industria del juego
anuncia premios millonarios. El sueño de ser ricos hace que la gente
apueste grandes cantidades en los casinos. En lugar de ayudar a las
personas a evitar la codicia, el juego promueve el deseo por el dinero fácil.
El objetivo del juego es egoísta, pues se trata de ganar el
dinero que otros jugadores pierden. En cambio, la Biblia anima a “que cada
uno siga buscando, no su propia ventaja, sino la de la otra persona” (1 Corintios 10:24). Uno de los Diez
Mandamientos es: “No debes desear [...] cosa alguna que pertenezca a tu
semejante” (Éxodo 20:17). Cuando un jugador está resuelto a
ganar, en realidad espera que los demás pierdan su dinero para quedarse con él.
La Biblia también nos advierte que no veamos la suerte
como una fuerza misteriosa que puede darnos prosperidad. En el antiguo
Israel, hubo algunos que no tenían fe en Dios y empezaron a adorar al
“dios de la Buena Suerte”. ¿Y qué le pareció a Dios? Él dijo: “Siguieron
haciendo lo que era malo a mis ojos, y escogieron la cosa en que no tuve
deleite” (Isaías 65:11, 12).
Es verdad que
en algunos países parte de los fondos que se recaudan del juego legal pagan
programas de ayuda pública; por ejemplo, programas de educación y de desarrollo
económico. Pero cómo se utilicen esos fondos no cambia de dónde salieron:
de actividades que promueven abiertamente la codicia, el egoísmo y la idea de
conseguir algo a cambio de nada.
¿Qué daño produce el
juego en las personas?
LO
QUE DICE LA BIBLIA.
La Biblia advierte de que “los que están resueltos a ser ricos
caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y perjudiciales,
que precipitan a los hombres en destrucción y ruina” (1 Timoteo 6:9). La codicia es la
raíz de los juegos de azar. Es tan corrosiva que la Palabra de Dios la
pone en la lista de lo que debemos evitar a toda costa (Efesios 5:3).
Puesto que el juego promueve el dinero fácil, en realidad aviva
el “amor al dinero”. La Biblia dice que ese amor “es raíz de toda suerte
de cosas perjudiciales”. El deseo de tener más dinero llega a dominar la
vida de uno. Lo podría llevar a sufrir ansiedad y a dañar su fe en Dios.
Las Escrituras afirman que los que han caído en la trampa de la codicia “se han
acribillado con muchos dolores” (1 Timoteo 6:10).
La codicia genera descontento, deja a las personas
insatisfechas con su estado financiero y les roba la felicidad. Eclesiastés 5:10 dice:
“Un simple amador de la plata no estará satisfecho con plata,
ni ningún amador de la riqueza con los ingresos”.
Millones de personas
que se sintieron atraídas por el juego se encuentran ahora atrapadas. Tan solo
en Estados Unidos hay millones de adictos al juego.
Proverbios 20:21 nos
enseña que las personas codiciosas pudieran hacerse ricas, pero no tendrán
la bendición de Dios. Además, quien se envicia con el juego podría endeudarse o
arruinarse y perder sus amigos, su trabajo y hasta su familia. Seguir los
consejos bíblicos nos protege de las consecuencias del juego.
“Los que están resueltos a ser ricos caen en tentación y en un
lazo y en muchos deseos insensatos y perjudiciales, que precipitan a los
hombres en destrucción y ruina.” (1 Timoteo
6:9)
Fuentes de ayuda: Vidaeterna / soloporgracia/JW